miércoles, 16 de julio de 2008

Nos fascina complicarlo todo, Mr. Goldberg

Rube Goldberg, un pariente del embajador Philip, podría ayudar, aunque esté muerto, a entender esa manía del Gobierno de complicarlo todo, fenómeno que no es ajeno a la oposición, que ha levantado tremenda polvareda por el llamado a consultas, desde Washington, al diplomático estadounidense.

Rube se hizo famoso ironizando a experimentos de la ciencia con dispositivos excesivamente complejos para hacer tareas muy simples de forma muy indirecta y enrevesada.

Aunque no se lo ha podido comprobar, sus biógrafos aseguran que el bueno de Reuben, que luego quedó como Rube, pasó una temporada en nuestro país y como muchos otros célebres personajes, quedó fascinado con la forma que tenemos para complicarlo todo y la experiencia fue su inspiración.

Sus diagramas esquemáticos, como el de la servilleta que funcionaba por sí misma, incluso se convirtió en estampilla, y está incluida en esta página. Por todo ello, inventores de todo el mundo hicieron llegar sus mensajes de protesta porque en el incidente diplomático, aparece como estrella, vedette, dicen unos cuantos, el pariente Philip. “Tiene que reconocerse el mérito de Reuben, o Rube, y de los políticos que son sus seguidores. No puede ser que todo el protagonismo se lo lleve este jovencito”, sostuvo Mark Regis Prada, secretario de la organización científica con sede en Dublín.

“Es verdad. A nosotros nos encanta complicarlo todo. El mérito debería ser para nosotros, no para el Embajador”, complementó el dirigente político que quiso identificarse, pero que no nos da la gana de poner su nombre porque no nos cae bien.

Agregó este señor que ya se advirtió que el llamado a consultas nos puede acarrear muchos problemas, pero ninguno puede ser mayor al riesgo de que no se nos reconozca el mérito de inventar la complicación.

Un representante del oficialismo que no quiere identificarse por temor a que lo encuentren sus acreedores que están convencidos de que se fue a trabajar a España, dijo: “¿Acaso creen que es fácil llevar gente para una manifestación? No somos tan flojos como para esperar que nuestro Canciller lo arregle todo con cartitas. Si lo más hermoso es armar un escándalo porque así tenemos en qué ocuparnos y de paso le damos trabajo a los periodistas que se aburren de hacer siempre lo mismo”, concluyó.