lunes, 30 de marzo de 2015

Pepe, el asteroide


Poco faltó para que se incluya el roce del asteroide 2014-YB35, llamado cariñosamente Pepe, como una de las prohibiciones para las horas previas a la votación de ayer. Nada de reuniones, nada de bebidas, nada de viajes, nada de espectáculos y todo bajo la amenaza de fortísimas multas, como si soportar a los candidatos no hubiera sido ya una penitencia equivalente a tortura china. 
 
De todas maneras, la Asociación de Bolicheros y ramas anexas, artistas y conjuntos no contratados durante la campaña proselitista y otros deudos, como los ilusionistas profesionales que por la competencia desleal se están quedando sin trabajo, estarían tomando previsiones ante la amenaza de un próximo evento electoral.

Ni el anunciado retorno de las MacDonalds aliviará la entrante época de vacas flacas y para colmo de sufrimiento, a la reina del Carnaval cruceño, que era lo único que podría alegrar las pantallas de la televisión, se le ocurre irse de gira a Estados Unidos. 

Como si eso fuera poco, probablemente nos obliguen a escuchar la nueva canción al mar y quién sabe cuántas otras desgracias más. Según la NASA, asteroides de las dimensiones de Pepe pasan amenazadores cada 5.000 años y como van las cosas, no sorprendería que para entonces, si es que no nos choca alguno, se sigan presentando a elecciones los mismos candidatos recién re re electos, siempre bajo la atenta y confiable mirada de nuestro eternamente bien ponderado Tribunal “Su-premio” Electoral.
  

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martes, 24 de marzo de 2015

La "b"



La b ha causado el despido de un profesional ingeniero que se las dio de tuitero a nombre del Tribunal Supremo Electoral. Con los premios Eduardo Abaroa, que en la escuela enseñaron a escribir Avaroa, parece que  no van a despedir a nadie. Tanta rabia les dio a los vocales del TSE que el aludido escriba botar en vez de votar, que Ernesto Suárez, el candidato a gobernador en Beni, pagó los platos.

Los envidiosos dicen que son tantos los premiados con el Eduardo Abaroa que es un premio devaluado. El jurado también es numeroso y eso de que el visto bueno final salga de la Presidencia o de la Vicepresidencia puede que no sea cierto. Treinta y dos mesas de debate, realizadas entre el 26 de febrero y el pasado lunes, evaluaron más de un millar de  postulaciones  en 9 categorías y 32 especialidades. Los elegidos son apenas 87 de los 92 que se otorgan anualmente.

El Ministerio de Culturas le quiere dar el máximo brillo porque los rumores de que el Dakar parte de Uruguay y pasa de largo a Perú saltando a Bolivia son, aparentemente, otra dañinera justo en la última semana de campaña electoral, que es cuando las autoridades, tengan el color que tengan, aunque sea el morado rabioso de Suárez, quisieran tener solo noticias buenas. Es solo casualidad que 54 ganadores sean de La Paz, 14 de Cochabamba, 6 de Chuquisaca, 4 de Santa Cruz, 2 de Oruro, 2 de Tarija, 1 de Potosí y 1 de Beni.  Del Litoral no hay ninguno, porque tampoco hay quien vote en esa zona.

Serendipia




De casualidad leí un artículo de Bárbara Samaniego sobre las veinte palabras más bonitas de nuestro idioma. No dice cómo se hizo la selección, pero la del título es la quinta. Supuestamente significa encontrar algo inesperado y feliz mientras se busca otra cosa. La RAE aún no la registra, ni como serendipidad.

Ahora que prohibieron las cámaras de vigilancia en espacios laborales y la Policía Boliviana instruyó a sus efectivos que impidan las grabaciones a uniformados en el ejercicio de sus delicadas funciones; como fornicar en vehículos en vía pública, prestar el armamento letal para que las amigas posen “pal feis”, o que los parapolicías del Gacip cumplan sus heroicas labores de modo simultáneo con terapias antiestrés, como se difundió ampliamente en estos días, descubrirlos será una casualidad, y casualmente volverán a ser frecuentes los extravíos en los escritorios de los oficinistas.

La serendipia se aplica a lo positivo, a meter la mano al bolsillo de un pantalón sucio y encontrar el billete de cien dado por perdido, no a pasar por la calle de la ex pareja y toparse con ella a la hora regular, tampoco a ver al comentarista deportivo Toto Arévalo y no al cantante Fabio Zambrana entre los intérpretes de la canción al mar auspiciada por el Gobierno, ni que propongan cuadricular el uniforme de la selección de fútbol. Eso tiene otro nombre, que casualmente puede estar en la lista de las veinte palabras más feas del diccionario.