A la francesa
Isabelle Huppert le corresponde pronunciar hoy el mensaje del Día Mundial del
Teatro, celebración global desde 1961 que este año reflexiona sobre la cultura
de paz y la cacería de brujas.
Antes de eso,
si el traductor del alemán fue competente, Bertolt Brecht habría dicho algo
parecido a “Si quieren ver sólo las cosas que pueden entender, no tendrían que
ir al teatro: tendrían que ir al baño”. Claro que en estos tiempos,
literalmente, buscar respuestas en el baño es bastante común, especialmente si
se cuenta con un tomacorriente para el cargador cerca del sitio de la descarga,
también de modo literal.
Entre los muchos
dramaturgos a los que se puede rendir tributo están especialmente aquellos que
obligan al público a pensar, a los que no se conforman con entretener sin
ejercer influencia y Brecht siempre creyó que el teatro podía contribuir a
modificar el mundo.
El problema es
que muchos actores se las dan de gobernantes y entre sus dramas y comedias lo
único que modifican es su patrimonio, haciendo una competencia desleal a los
empíricos y a los licenciados en Artes Dramáticas, egresados de la Escuela
Nacional de Teatro, porque sin título ni reparto que no sea el parte y reparte
en el que los más grandes se quedan con la mejor parte, encima quieren todos
los aplausos.
Así
no quedan ganas de celebrar, porque a estos, lo de la cultura de paz y la
cacería de brujas no se los haría entender ni el mejor de los traductores.Fb