miércoles, 10 de diciembre de 2008

Dengue

Es casi como una rutina de verano. En vano tanto esfuerzo por impedir que los mosquitos se aproximen. Uno zafó y me condenó a acordarme de mis peores pesadillas. Convaleciente voy a dar pelea, hasta esperar que el próximo verano el chupasangre no tenga tanta puntería. La fiebre amarilla yo la preferiría de otra forma, en papel.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Ojalá otros se hubieran quejado antes

Cuando se es pasajero frecuente a la fuerza, por motivos de trabajo, es posible advertir cosas que quizá otros las dejan pasar como si fueran hechos anecdóticos. Hoy fue la segunda vez que me juegan una mala pasada en Aerosur, en muy corto tiempo, pero esta ya no pasa. Con este comentario, se inaugura en el Facebook un grupo llamado Yo también tengo quejas contra Aerosur, porque con cargo de ser prejuicioso, dudo que los grandes medios y también los chicos a los que les llegan migajas publicitarias de este monopolio se animen a parársele en frente. Tienen las voces embargadas. Esa es la ventaja de los medios alternativos, que no están obligados a autocensurarse.
Como yo tampoco le debo nada a esta empresa y, al contrario, me siento acreedor porque no perdonan un centavo, anuncio públicamente que le haré seguimiento al formulario de Solicitud de canalización de reclamo para servicios aéreos número 150/08.
De entrada ese número ya dice algo. Está terminando el año y apenas había 149 formularios antes que el mío. Son probablemente cientos de miles los viajeros y los comentarios se los escucha siempre. Hoy mismo los oía mientras esperaba en la sala de preembarque el anuncio para abordar, demorado casi dos horas. “No tienen competencia, hacen lo que les da la gana”. “Es el colmo”, etc. Antes ya había escuchado que el eslogan no es ”La pasión de volar”, sino “la pasión de esperar”. Y por lo visto de ahí no pasa. Del simple comentario.
No tenemos, en general una cultura ciudadana de reclamo. Por eso nos tratan así. Antes de hacer el trámite yo mismo pensaba si valía la pena hacerlo. Luego dije que si otros se hubieran quejado antes que yo por los mismos malos tratos, posiblemente a estas horas estaría escribiendo una carta romántica en vez de esta queja. Con seguridad en otros países ocurrió así. Los malos servicios se fueron corrigiendo porque había gente que los hacía conocer. Quejarse, por tanto, no es sinónimo de tener mal carácter. Menos en época navideña, que es cuando estimo que habrá una respuesta a mi queja formal. Si tienen que despedir a uno o dos funcionarios por mi culpa, como regalo de Navidad para sus familias, que lo hagan. No voy a cargar con esa pena.
No pienso regalar el dinero ni las horas que esta empresa me hizo perder. No quiero reírme cuando escuche alguna publicidad o vea a sus ejecutivos en actos benéficos.
Pienso que si hay alguna empresa que se ha beneficiado con el clima de convulsión en el país, con los bloqueos, paros cívicos y otros, es esta. Del cierre del Lloyd y el veto a AS se podrá hablar más adelante, pero los miles de bolivianos que se han ido a Europa y no han utilizado el boleto de vuelta también han contribuido para que este torísimo de los negocios se haga tan fuerte. Mientras muchos perdían, esta empresa solo ganaba y ganaba.
Son muchos los que tienen las voces embargadas. Es una firma solidaria, apoya el deporte y brinda, de tanto en tanto, ayuda a necesitados. Muy bien. Pero quisiera que sean solidarios con mi tiempo y mi paciencia también.
Cuando escribo esto, el mismo día que sin advertirme me dejaron casi dos horas después de lo programado en el aeroparque El Trompillo cuando yo debía llegar a Viru Viru porque mi vehículo estaba en su parqueo cerrado, le abrieron la mochila a un turista que llegó en el mismo avión no sabía que hacer porque la dependiente en esa terminal aérea estaba sola y no atinaba a nada. Menos los muchachos enchinelados y asustados que entregaban el equipaje. Decía ese rato, cuando los miraba, qué pasaría si una maleta pasada les cae encima. Quién les responde la fractura, o si se cortan las manos por no usar guantes. Pero esa pésima impresión también se puede comentar más adelante. Santa Cruz ya no es para eso.
Cuando llegué a Viru Viru, por mis medios, y después de ir a dos mostradores, estaba un señor que esperaba que abran la oficina de reclamo de equipajes. Me comentó que ya había ido en la mañana y le dijeron que vuelva a las seis de la tarde. A él lo atendieron, antes que a mi, a las seis y media. Luego, en la Superintendencia de Transportes, había otros turistas que en portuñol querían saber a quién quejarse porque sus equipajes seguían extraviados, siendo que ellos llegaron tres días antes.
Nuevamente pensé si no era exagerado de mi parte hacer un reclamo porque a estos otros pasajeros les había ido peor. A mi no me abrieron la maleta, quizá porque uso candado, ni tuve que ir dos veces al aeropuerto, ni me dejaron sin saber dónde estaba el equipaje. Es decir, no me fue tan mal. Pero todas estas quejas y las que se quedan en comentario podrían ayudar a que mejore el servicio.
Quisiéramos estar orgullosos de nuestra línea aérea. Que sea ejemplo y cause buena impresión en los recién llegados, pero es todo lo contrario. Y yo le pongo la firma por los casos que señalo y en adelante espero coleccionar otros. Y como no hay otra línea aérea tendré que seguir usándola, pero eso sí, no dejaré escapar una y voy a necesitar su ayuda. Si ha sufrido o conoce de algo, hágalo saber. A nosotros ya nos fregaron, pero a los viajeros del futuro estas quejas les servirán muchísimo.