Casa Grande del
Pueblo, 2 de octubre de 5 mil y tantos tantos
Señores
Haya Corte
Internacional de Justicia
Países Bajos, Europa
Colonial
Estimados hermanos
jueces:
Lo siento mucho, pero
no puedo entender. He estado revisando el fallo que escuché personalmente en
persona con mi nutrida (con comida marina) comitiva y siento que hay algo que
no cuadra y seguro por eso se llama fallo, porque hasta ustedes saben que no está
bien.
Me dirijo a ustedes
que son tribunal internacional de justicia para que hagan justicia. No puede
ser, estimados hermanos jueces, siento que todo lo invertido, la bandera
gigante, los carteles, la campaña, todo, pero todo, no La Haya servido de nada.
He perdonado al Tuto y
al Mesa, igual que al Rodríguez Veltzé de los misiles. He suspendido las
inauguraciones desde el sábado, hasta he compartido con los hermanos
periodistas y toda la fiesta estaba lista, no puede ser que hagan así si el
hermano Papa Francisco me ha dicho que estaba de acuerdo.
Estoy muy
decepcionado, porque los hermanos jueces siempre me han escuchado y como no sé
a quién quejarme, me dirijo a ustedes con la esperanza de que escuchen al
pueblo, porque yo soy el pueblo.
Siento que no hay
justicia. Me están pidiendo cuentas, que cuánto se ha gastado, como si eso
fuera lo mas importante.
Por eso he decedido
crear la Corte Internacional de Justicia de los Pueblos. Tenemos una sede nueva
donde puede funcionar y los jueces también, que vienen recomendados del TSE. Le
meto nomás.
Eso nomás quería
decirles,
(FIRMA)