lunes, 26 de diciembre de 2016

Carteles




Carteles por aquí y carteles por allá. La confusión animó el tradicional espectáculo pre-navideño de los levantamanos que esta vez se las levantaron entre sí supuestamente por un cartel y ya no por mirar una pelea de la UFC en plena sesión congresal.
Hay carteles que no se pueden ignorar, como el que saluda cariñosamente a los hijitos de papá frente a una universidad y los que se ignoran olímpicamente, como esos de “no estacionar” frente a los garajes, quizá porque muy pocos cumplen la amenaza de pinchar llantas, o porque otros vivos se adelantaron y ocuparon el resto de los espacios prohibidos en la calzada y a veces hasta en la acera.
También existe el cartel de la re-re-re postulación, que todavía no tiene documental y hay otra confusión por la cartelera de los problemas domésticos, como qué hacer con el fondo municipal para la promoción turística y cultural, generalmente pensada sin pena y ahora con doña Gloria, que dicho sea de paso debe estar muy enojada porque primero le dan y después le quitan la plata para los concursos de belleza que tanto cartel le dan a Santa Cruz, y todo por otro cartel, el de los cibernautas indignados, que día a día se hace más respetable.  
De los carteles con mala ortografía y de los que dominan poblaciones fronterizas siempre habrá tiempo de hablar, de modo que por lo menos en esta época hay que hacer esfuerzos para que predomine la paz y no se confundan los carteles ni los abrazos con puñetes.
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lunes, 19 de diciembre de 2016

Pantallitas





Hay expectativa por el espectáculo anunciado para esta noche en la Casa Municipal de Cultura Raúl Otero Reiche y si se promociona como gratuito o como regalo navideño no significa que no lo estemos pagando de algún modo. Mencionarlo como pantallitas tampoco pretende minimizarlo, sino más bien acercarlo al mundo infantil porque también en nombre de la niñez se acaba de censurar allí una exposición artística.
Como una cosa ni tiene nada que ver con la otra, sino todo lo contrario, vale la pena recordar que el antecedente remoto de las pantallitas, o eso que llaman videomapping torciendo el pico para que parezca más elegante, son las sombras chinas, o mejor chinescas, para que no se esté interpretando otras cosas sobre los chinos que nos dominan ni del ‘Chino’ Gomez, recién puesto a la sombra en la radio.
Un gran despliegue artístico y tecnológico, como se merece el público, ansioso de olvidar un rato a las autoridades que sin sonrojarse anuncian el cambio de leyes a su antojo y aunque no debería ser así se están riendo jo-jo-jo como el más imperialista de los papanoeles o el más viral de los personajes.
Asistamos, pues, contemplemos este espectáculo nocturno con la boca abierta, que más nos queda, disfrutarlo, y olvidar que detrás de los destellos 3D están los empoderados haciéndonos figuras con sus manos, y anticipándose sus regalos de prórroga, porque resulta que esas maniobras obscenas tan explícitas sí son aptas para todo público.
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lunes, 12 de diciembre de 2016

Nuestros arbolitos




Por estos días, después de mucho pensar, se instala el arbolito navideño, foco de atención hogareño hasta inicios del próximo año y quizá hasta el subsiguiente en casos de flojera extrema.
Muy lejos está el recuerdo de las peripecias que se hacían en casa para mantener erguido el gajo de pino natural, colgarle la mitad de las bolas de cristal que no se rompían en el intento y enchufar unos focos incandescentes que con suerte ardían, a veces literalmente con todo alrededor, alimentados con la sobrecarga de paja, algodón y plastoformo en un fragancioso remedo de árbol que luego se tiraba a la basura con las cajas y el papel de los regalos.
En sus orígenes europeos a los arbolitos navideños les colgaban manzanas rojas y velas. Las primeras simbolizando las tentaciones y las otras la luz espiritual. Razones de peso convirtieron las frutas pecadoras en bolas livianas y las velas en eficientes luces LED, a las que ahora se suman mínimamente una estrella en la punta, como guía, y los lazos que representan la unión familiar.
Es lógico que esta tradición originaria, porque algún origen tiene, se replique en la vía pública con recursos ídem y se puede asegurar que toda ciudad tiene los arbolitos navideños que se merece. Por ejemplo, los colocados en Equipetrol y la Monseñor Rivero carecen de estrella, bolas y lazos.  Independientemente del significado que se le quiera dar a tales accesorios, esos arbolitos de luces fugaces nos representan a cabalidad.
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domingo, 4 de diciembre de 2016

En balde



 

Ofrecer disculpas por este tema del agua. No sabía. Ahora ya sé. No puedo entender cómo no sabía. Tenemos que hacer llover, esa es la prioridad. Saludar a los que están ayudando al ministro de Educación a hacer llover, pero no se pasen, después se van a estar lamentando, inundaciones diciendo.


Mi respeto, mi admiración por los que saben. No puedo entender cómo saben. Yo sé trabajar desde las cuatro de la mañana, saludar a los madrugadores. Destacar el esfuerzo de los que trabajan desde temprano, de los que se levantan para hacer cola y recibir el agua en baldes. No en balde se están levantando. Lamentar lo que está ocurriendo. Y también lamentar todo lo que puede estar sucediendo y todavía no sé. Algún día sabré, miraré otro canal, daré una vuelta, no sé.

Lamentamos mucho, he volado, pero no sabía. Medio ala conocida me ha parecido el avión, pero no sabía que operaba en Bolivia. ¿Rurrenabaque es Bolivia? Bueno, saludamos. Dicen que se está muriendo el turismo, respetamos. Ya les mandaremos a los constructores de la represa para que le metan al Bala. Meta Bala diciendo.

Mandar un saludo, en estos días “deficiles”. Defíciles porque son mitad déficit de imagen y la otra mitad para los chinos, tas a tas. No sabía, pero ahora que sé, vamos a investigar, a sancionar. No podemos permitir. No puedo entender cómo no sabía. Parece que todos le meten nomás y de quién se habrán copiado esa maña. No sé, en balde uno habla.
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