Un estudio
determinó que las personas más felices de Bolivia están en Beni y la noticia
fue recibida por los benianos con un dejo de “¿y qué esperaban?” porque no es
que la felicidad los caracteriza, sino que ellos caracterizan a la felicidad.
Quedan dudas
sobre si los benianos que residen en otros departamentos mantienen su nivel de
felicidad. Por ejemplo, al recién posesionado jefe de la Policía en Santa Cruz,
oriundo de Beni, se le están riendo jo-jo-jo porque robaron un vehículo en el
estacionamiento del comando policial y de entrada le robaron también la
sonrisa, aunque él mismo especule que se puede tratar de un camarada bromista,
no necesariamente coterráneo.
Estudios
similares colocan a nuestro país por debajo de la media latinoamericana, aunque
no hay mucha sorpresa. Hay tres variables determinantes para definir el nivel
de felicidad: trabajo, familia y salud. También se considera la sensación de
seguridad en la noche, la sensación de haber descansado bien, la libertad para
tomar decisiones, niveles de ingresos y el apoyo de instituciones públicas,
mientras contrastan los sentimientos de ira, preocupación, tristeza, depresión,
estrés y dolor.
Es obvio que si
la medición se realiza entre los sectores que están acostumbrados a que les
hagan leyes a su gusto, como cocaleros, gremialistas y transportistas, los
benianos perderían irremediablemente su título de campeones nacionales de la
felicidad.