martes, 3 de marzo de 2015

Festival



Por Santa Ángela de la Cruz, que el santoral hoy conmemora, ni la demanda ante el tribunal de La Haya preocupa tanto al otro lado de Los Andes, como saber que el Festival de Viña, con 56 versiones, tiene contadas sus horas porque el de Cochabamba, desde este mismo año, será más bonito y con artistas más grandes, especialmente porque estarán prohibidos los comentarios contrarios en redes sociales y la animadora usará el famoso vestido azul y negro oficialista-ilusionista que parecerá dorado y blanco.

Ya no será necesario que viajen las mamás de los nuevos folcloristas para hacer respetar la valía artística boliviana, tal como lo hicieron las progenitoras de los barrabravas que contrataron en Brasil para evitar desmanes en el estadio del Sport Recife. Aquí, chitón, se premiará a los elegidos.  

Cualquier sacrificio es válido para afrontar este proyecto vital, con fondos liberados antes que los destinados a damnificados por inundaciones, e incluso reducir de 91 a 50 los efectivos de la escolta presidencial, porque los 20 millones del mantenimiento del avión no se tocan.

Tendremos festival, pese a quien le pese, para que entreguemos gaviotas, o palomas, o lo que sea que capturemos al vuelo, de oro, porque la plata es para gastarla. No vaya a ser que lo de la crisis sea cierto. No será una Quinta Vergara, pero se anticipa de quinta si insisten en dar los pájaros antes de que los artistas suban al neo escenario. Déjenlos volar, al menos.

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