miércoles, 16 de julio de 2008

EDITORIAL

¡Qué periódico

de miércoles!

El Otro Amarillo, por horario de invierno, ya que hace mucho calor, en vez de viernes circulará desde los miércoles a partir de esta edición. Van cuatro números amarillos y ahora con nuevos cómplices, más comodidades en una oficina y un blog en Internet porque el papel se lo están terminando con la propaganda y las papeletas para botar y votar. Las incorporaciones no cambian el proyecto que por suerte seguirá siendo utópico y autónomo.

Cambiando de tema, está agitado el panorama político. Un poco más de lo normal, con historias e histerias repetidas, procesos en los que siempre salen ganando los que capitalizan comercialmente estos eventos y dramas. Mientras la mayoría de los bolivianos sufrimos por la crisis, hay un sector privilegiado que está haciendo crecer sus cuentas bancarias con todos los circos que se han armado y se están armando. A la vez, es otra semana con anuncios y advertencias que ya no se traga nadie.

Con investigaciones que se quedan en declaraciones y un montón de supuestos jueces emitiendo veredictos y condenas, proscribiendo y autocomplacéndose sin ningún pudor. Y con el consabido “lo habíamos dicho”.

Asqueados con la injerencia de gobiernos que se dicen amigos, decepcionados con los discursos y curados de espanto de ver a tanto impostor, nos sentimos cada día más acompañados porque ya no se sabe qué se dice en serio y qué en broma. Pero se embroma.

Hubo una época en la que se apelaba a la crónica roja para elevar niveles de audiencia y vender publicidad; parece que ahora estamos en el tiempo de la política, y que no existen otros temas de interés. Nos hemos politizado en extremo, y por lo visto con buen resultado financiero para algunos, que rifan su credibilidad al mejor postor. Como no pretendemos seguir ese camino, nuestros lectores y lectoras ya saben que somos abiertamente tendenciosos, parcializados y sensacionalistas. ¡Otro periódico de miércoles!