miércoles, 16 de julio de 2008

Medio en serio, medio en broma (ii)

`A la gente hay que decirle lo que quiere escuchar´

Preguntas indiscretas a analistas y respuestas ídem*:

-1. ¿Desde cuándo está en la televisión como analista?

-R.- Desde que pude chipar unas cuantas frases en la prensa escrita. Los enlatados han subido y la opción de producción propia, con programas de análisis resultó atractiva en los canales, o sea, barata.

-2. Dicen que lo barato cuesta caro, ¿Cómo enfrenta a los analistas que se quedaron sin programa y se dedican a denigrarlos?

-R.- Es el precio que se debe pagar porque nada en la vida es gratis. El teleespectador que acostumbra encender la tele para adormecerse lo agradece y a los que nos critican, simplemente decirles que no hay camba que no hable para su patrón. Es la envidia, seguramente.

-3. ¿Es verdad que sus posiciones van cambiando según el canal y el programa?

-R.- Para ser sincero sí. Pensé que nadie se daría cuenta. Lo que pasa es que a la gente hay que decirle lo que quiere escuchar. Además, como somos los mismos que estamos dando vueltas en uno y en otro canal, debemos esforzarnos para no cansarlos.

-4. En las pasadas elecciones muchos de ustedes han quedado muy mal parados, ¿cómo se recuperaron?

-R.- La culpa no ha sido nuestra. Las responsables fueron las empresas encuestadoras y la prensa. Nosotros somos analistas, nuestra función es comentar lo que nos llega a las manos y que tomamos de buena fe, confiando en la seriedad de los periodistas, pero a veces nos fallan. Por suerte la teleaudiencia no tiene buena memoria y se olvida. Así hemos podido volver y con más ímpetu.

-5. ¿Es cierto que perder una elección o llamar la atención con una bellacada es un pasaporte para ser analista?

-R.- No necesariamente. Algunos hemos perdido más de una elección. Respecto a las bellacadas, a veces surten. Se lanzan huevos o se inventan persecuciones. La clave es tener cámaras cerca, de otro modo no tendría sentido llamar la atención. Lo que nos preocupa es que los partidos y las agrupaciones políticas están pendientes de eso y nos convierten en candidatos. Ni a nosotros nos respetan.

-6. ¿Qué es más difícil comentar? ¿la política, o la economía?

-R.- Todo es fácil, ningún tema puede ser obstáculo. Al final de cuentas, no se falla cuando se mezcla política y economía. Las doctrinas y la teoría se la dejamos a los tímidos. La libre interpretación es un derecho y no tendríamos porqué renunciar a tenerlo. Le repito, a la gente se le tiene que decir lo que desea escuchar.

-7. ¿Qué pesa más a la hora de considerar nombres para que participen en su programa?

-R.- Deben poder sujetarse a nuestros tiempos y a las reglas que si bien no están escritas, se las sobreentiende. Deben ser personas muy tolerantes, que les guste aparecer en pantalla, pero que no se quieran pasar de vivas y nos opaquen. Hemos aprendido la lección después de ver a tantos colegas en aprietos porque el invitado sabe más de lo que suponíamos.

-8. ¿Cómo organizan la recepción de llamadas del público? ¿Qué filtros utilizan para tener seguridad?

-R.- Según del programa. Generalmente la producción se encarga de eso. Parientes y amigos siempre dan una mano y aunque a veces se cuela uno que no está invitado y nos hace quedar como perros, procuramos no perder el control. La seguridad en estos temas no existe, es asignatura pendiente.

-9. ¿Cómo prefieren que se los llame? Expertos, estudiosos, entendidos en la materia o prefieren que se deje todo a la imaginación del público?

-R.- Somos todo eso y nos da igual que nos nombren como expertos, estudiosos y entendidos, aunque no tengamos la menor idea de lo que decimos. Muchas veces repetimos lo que leímos en algún libro subrayado, porque no hay tiempo para leerlos completos, otras nos prestamos la opinión de otros más experimentados. El público sabe que si estamos en la televisión es por algo. Entonces dan por descontado que somos los indicados para estar ahí.

-10. ¿Acostumbran mirarse entre ustedes, ya sea para criticar o para aprender?

-R.- Se hace lo que se puede. Como somos tantos y casi siempre salimos a la misma hora es un poco difícil. La ventaja es que algunos salen opinando en los periódicos y los periodistas nos hacen el favor de acomodar los textos para que sean claros.

-11. ¿Se puede vivir, es decir, parar la olla, siendo analista?

-R.- Más o menos. Depende de la suerte. Aunque no nos pagan, nos damos modos para conseguir auspicios si el programa es nuestro. Si no lo es, ya lo será con el tiempo. Hay oportunidad para todos.

* Preguntas pirateadas a IG.