En escena, dos cambas ordinarios acosando a una
modelo y hasta apologizando la delincuencia callejera, interpretados por
personajes conocidos y queridos, Fabio Zambrana, Sebastián Moreno y Pamela
Justiniano, en un fugaz spot televisivo para luchar nada menos que contra la
violencia de género. Por ello la palabra separada en el titular. Porque se pasó
de ordinario, tanto, que uno se queda pensando si la intención fue esa
realmente.
Era de no creer. Fue fugaz, o porque en redes
sociales le dieron palo y lo retiraron, o porque así estaba previsto, aunque penosamente
a costa del prestigio de los artistas y la modelo que pagaron el precio más
alto, sin duda.
Algunos criticones, que no tienen nada para
perder, se han excedido en sus apreciaciones y, más allá de las intenciones, el
video ya no es público ni en YouTube, pero el que lo busca lo encuentra.
Un tema que da para muchos comentarios. Desde
el doble rasero con el que se suele juzgar a los protagonistas, hasta la dudosa
objetividad de quienes dicen sentirse ofendidas y ofendidos con el mensaje.
En síntesis, la violencia de género saca lo más
ordinario de las personas. Sobreactuadas, también se pasan de ordinarias.
Lo extraordinario sería que caigan las caretas y se enfoque el tema con seriedad sin necesidad de actuar solemnes, pero tampoco opas en extremo, ni aunque sea fugazmente, porque esta lucha no debería dejar nada para el desperdicio.
Lo extraordinario sería que caigan las caretas y se enfoque el tema con seriedad sin necesidad de actuar solemnes, pero tampoco opas en extremo, ni aunque sea fugazmente, porque esta lucha no debería dejar nada para el desperdicio.