domingo, 29 de mayo de 2016

Recolectando firmas



Si el noticiero no era en chiste, vi que nuevamente están recolectando firmas porque los petitorios digitales no sirven para demandar a la segundina, “zapatear” la segundita o forzar el segundo tiempo del quién es quién en los juegos de palabras a los que nos tienen acostumbrados el uno y el dos del país.
Ya que hablamos de firmas, ahora en serio, la del uno está estampada en documentos personales clave y como hasta ahora el firmante no ha dicho esta boca es mía, porque son otros los que hablan por él, parece ser auténtica y resulta que por esos mismos certificados algunos de los periodistas más valientes están de gira por Brasil y Argentina para practicar el deporte extremo de poder decir no.
Por ello, no se debe firmar nada sin la previa consulta al abogado. Especialmente los propios abogados, para que no los metan presos por firmar y representar a sus clientes creyendo que para eso habían estudiado.
Yo mandaría a buena parte a quien aparezca en mi puerta pidiendo mi firma. Salvo que sea para que el ingreso a la Feria del Libro sea gratis, o para que la Noche de Museos sea permanente, porque dudo que el libro de visitas de la boda de Anabel y Marco, que firmaría sin problema, esté circulando como los cuadernitos que vi en la tele, que ni acta notariada tenían, “pero que pensaban legalizar después”, si total para eso estudian los abogados. En fin, algunas firmas se cotizan como oro en bruto, otras por el bruto que firma.