El calendario marca hoy el Día
del Maestro y pese a que la festividad todavía no es feriado plurinacional,
salvo en algunos establecimientos de niveles preescolares y escolares que enmiendan
sin mucho trámite la injusticia, especialmente después de algunos días de paro,
y de paso conceden una pequeña vacación a madres y padres en la llevada y la traída,
es una fecha especial.
Jornada de demostraciones afectuosas
para que los profesores no estén sospechando sobre el súbito interés de ciertos
estudiantes rezagados en época de exámenes y recuperatorios, porque se diga lo
que se diga, siempre estaremos todos en deuda con los maestros, casi tanto como
ellos con sus acreedores financieros.
Los estudiantes, que son expertos
evaluadores de profesores, identifican muy pronto a los inolvidables, ya sea
por buenos o por malos, y en estas adivinanzas se equivocan menos que los
maestros porque generalmente los que parecían casos perdidos se convierten en
ejemplares de bien y no necesariamente porque les haya tocado “profes” que en
vez de dar clases cuentan sus vidas, o aquellos que apenas les dedican tiempo
porque decidieron que se ganarían la vida “aunque sea como profesores”.
Muchas
felicidades, incluso a esos, pero más a los que siguen capacitándose, pese a la
adversidad, y honran lo que llaman profesión, oficio o arte, sobre todo de
magia, que es lo que explicaría cómo llegan a fin de mes con el pago acumulado
de todos los turnos que pueden tomar. FB