Con sello de urgente ha llegado
la noticia sobre la lesión de nuestro centrocampista, aunque él asegura ser de
punta izquierda, pero juega muy cómodo en la derecha, además de creador y
definidor y, por tanto, un crack en el sentido original y no como
desvalorización del principal producto de la coca en las calles del primer
mundo.
Según el reporte oficial y
masista, la estrella deberá permanecer en reposo dos semanas, por lo menos
hasta el Año Nuevo Aimara, festejo en la que nuevamente podrá dar rienda suelta
a su entusiasmo, o en último caso, para no forzar los ligamentos, continuar con
el peculiar baile del cuello, región corporal que afortunadamente no se vio
comprometida en la peligrosa jugada que lo mandó a vestuarios antes del segundo
tiempo.
Qué feo es que lo saquen a uno
del partido, habría dicho, aunque no se descarta que logre el respaldo
necesario en mesa para seguir jugando más allá del reglamento. Qué mala pata la
del presidente, justo ahora que estaba en lo mejor disfrutando de las ventajas
de ir con billetera gorda al imperio y en el momento que más apoyo necesita
nuestra selección de fútbol tras la derrota ante la poderosísima escuadra de Panamá,
que en los papeles previos, los de Panamá, no mencionó ni por si acaso el
papelón de los bolivianos, más alejados que nunca de su glorioso campeonato del
‘63 y del subcampeonato de hace unos años en el centenario torneo.
Sin embargo, no todas son malas
noticias, resulta que la rodilla lesionada es la izquierda, de modo que los
rodillazos que el número 10 (en la cancha y número uno fuera de ella) suele
aplicar con la derecha no corren ningún peligro. Dicho de otro modo, la obligada
salida temporal de los campos deportivos podría asegurar un mejor desempeño
frente a la “chilenita” que dejó mal parada a la defensa boliviana en los
campos que son realmente importantes para el país.