Talentosos humoristas, mimados de la televisión y el teatro, compartieron
experiencias en un reciente conversatorio organizado por la Universidad
Tecnológica Privada de Santa Cruz (Utepsa). Pablo Fernández, Adolfo Mier,
Alejandra Añez, Carolina Bessolo y María Renée Liévana rememoraron su entrada
al mundo del espectáculo y admitieron lo complicado que les resulta salir de sus
personajes porque el público y hasta sus allegados esperan que sean chistosos
todo el tiempo.
Equilibristas por naturaleza, caminan pisando huevos para tratar de no
ofender porque los vacíos de una ley los pondrían en aprietos ante un leguleyo
sin sentido del humor. Cruzando el charco, otros humoristas se están planteando
serias interrogantes sobre su trabajo y el rol que cumplen en la sociedad
porque sus chistes ya no causan tanta gracia.
Por un lado se reivindica el derecho de humoristas que quieren ser
serios y también están los que quieren ser chistosos a la fuerza, pero les dicen
que deben respetar un periodo de cuarentena porque la gente tampoco está para
reír todo el tiempo o de cualquier cosa, solo ríe cuando le dan la razón.
Es nomás
cierto aquello de que “el humor se hace hacia adentro y hacia arriba, y si no,
es opresión” y nuestros cómicos por suerte siguen en esa vía. Por
ejemplo, poca o ninguna gracia les debe causar a los dueños de Juego de Tronos
que se les estén filtrando los episodios en Internet, pero eso suena muy
divertido.Fb