lunes, 29 de agosto de 2016

Velocidades bajas y altas






Recién se informó sobre velocidades en Bolivia; la del servicio de Internet, penúltimos, y la del embarazo de adolescentes, entre los primeros. Aunque las olimpiadas de Rio ya son historia y el primer ministro japonés ya echó a rodar su pokebola para 2020,  podríamos probar suerte en otras disciplinas que no sean bloqueos y huelgas, para lograr más titulares al estilo “Bolivia penúltima en velocidad de conexión” o “Diez embarazos por hora”.
Por ejemplo, la velocidad para lavarse las manos cuando hay muertos, o la de los amarrawatos para justificar cualquier cosa, no siempre vía Dirección Nacional de Memes y Likes. La velocidad que se vería en otros países sería para renunciar.
Aquí se paga por banda ancha, pero la velocidad aparece sólo cuando llaman para avisar el corte. Lentísimas para que el alcalde declare sobre el dron de La Ramada, o muy rápidas para extorsionar en el control de boliches.
Hay una gran velocidad para armar un escandalete en uno de los programas de la tele basura, pero son súper lentos para resolver un conflicto laboral con periodistas de la misma red.
Los 5,33 Mbps de promedio de velocidad, frente a los 10,21 de Uruguay y los 43,34 de Corea del Sur, explican por qué  en el ranking de tiempo de conexión de celulares a una red Wi Fi, Bolivia ocupa el último lugar. Que no vengan con que por ese motivo aumentaron los embarazos en adolescentes, o no se capturan algunos monstruitos que siguen sueltos tras el humo.
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