Buscando alguna personalidad o institución que no haya recibido el premio Maya me encontré con la novedad de que otro periodista estrella se había quedado sin trabajo. Extraña contradicción cuando en las redes se encendía el debate por el pene de un músico.
Retomando la búsqueda
aparecieron unos indignados parlamentarios, del oficialismo y la oposición, que
pudieron haber estado entre los nominados tras su conmovedora protesta por una
publicación periodística sobre proxenetas que consideraron difamatoria por el
simple hecho de tener algunas fuentes reservadas.
Mirando afuera,
resulta que la afamada revista Rolling Stone, uno de los referentes del
espectáculo internacional, avergonzada ha tenido que admitir groseras fallas en
una publicación sobre supuestas violaciones, mientras otras revistas gringas
ganaban prestigio fundamentando las denuncias contra un cómico mundialmente
famoso, Bill Cosby, al que le están rescindiendo contratos y retirando su
imagen porque varias decenas de mujeres lo acusan por abusos sexuales en estado
de inconciencia.
Como el asunto
ya se ponía muy escabroso, fue más divertido imaginar a un exagente James Bond,
hecho el desentendido en un control de aeropuerto, con un cuchillo de 10
centímetros en su equipaje de mano. ¡Premio Maya asegurado!
Todas son
señales de que el fin del mundo se acerca, aunque los mayas hayan errado por
unos años y les hayan faltado pirámides para nombrar a todos los premiados,
quién sabe.
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