lunes, 3 de noviembre de 2014

Culinarios

Me tocó explicar a la abuela que los periodistas culinarios que recién estuvieron en Santa Cruz no estaban visitando locales nocturnos con anfitrionas acaloradas y mimosas, sino que conocían las delicias en los cada vez más sofisticados restaurantes cruceños.

Intrigado yo también con aquella nueva especialidad periodística, traté de imaginar qué materias hubiera podido llevar en la universidad si hubiese tenido la suerte de que en mis tiempos de maduración de la vocación profesional hubiera existido esta sabrosa 'boca-ción'.

Así, en vez de estar arriesgando el propio pellejo en algún bloqueo o manifestación tan frecuentes, escribiría tranquilamente acerca del pellejo del espécimen destinado al menú, salvo 'veganas' contraindicaciones.

Indagando más, supe que estos casi colegas, un peruano, una chilena y dos estadounidenses que, imagino, no deben ser fáciles de impresionar, quedaron maravillados con lo que probaron y vieron, incluso en el Abasto.

Afortunadamente, el cocacolazo quedó atrás, igual que el gasolinazo, porque hubiera sido muy malo que se lleven ese recuerdo, en vez del que se llevaron con el paladar.

Si luego lo cuentan bien, atraerán a más turistas, y es lo que necesitamos.

Mientras tanto, nosotros debemos esmerarnos y aprender a tratar mejor al visitante, materia que debería ser obligatoria desde la escuela, porque como bolivianos tenemos una calificación muy baja según malas lenguas que tienen amplia difusión en Internet.

http://www.sociales.com.bo/culinarios.html