lunes, 25 de septiembre de 2017

Terminando juntos





Una modelo puso la cara y su nombre para expresar el sentimiento que otras guardaron por pudor o simple criterio y ha generado un farandulero debate, mucho más comentado que ministro anunciando que la Policía dejaría de atender atracos por temor a las críticas.
La joven de marras lamenta la publicitada irrupción de una menonita, tan boliviana como ella, en el competitivo mundo del modelaje y con altísima expectativa en la vitrina más importante, es decir la Expocruz, y su envidiosa osadía le ha merecido réplicas y sugerencias de toda índole, algunas incluso más furiosas que las que merecería el funcionario público chantajista.
Le caen con todo porque defiende, desde su perspectiva e interés personal, el campo laboral amenazado, tal como lo hacen de modo cotidiano otros gremialistas en bollo y afectando el interés público hasta las últimas consecuencias. Lógicamente es imposible justificar a la modelo, pero la están lapidando mientras en otros ámbitos están ocurriendo cosas peores.
Hay mucha intolerancia y, está claro, no es precisamente bueno el ejemplo que dan algunas autoridades que se supone racionales, pero actúan como mocoso caprichoso con unos berrinches tanto o más ridículos que el de una ciudadana ejerciendo su libertad de expresión, como este columnista, que tras 224 semanas en este espacio le pone punto final a su penúltima entrega hablando de figuritas y titulando como en su primera vez.
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