Como los expertos en medios están ocupados analizando el contenido
secreto de una cancioncilla de moda y los expertos en cometer infracciones de
tránsito están preocupados porque no habrá renta ni cuero que aguante la
aplicación de las foto-multas municipales, los televidentes víctimas de la machacona
repetición de aquella canción y ahora de sus análisis, pero principalmente vapuleados
por los expertos en lastimar oídos con reportes noticiosos, podrían solicitar
la aplicación de video-multas, sin atentar a la libertad de expresión o de
información.
Por ejemplo, cuando metafísicamente nos hablan de “ambulantes asentados”
en vía pública. Si están asentados y es bastante evidente porque los estamos
viendo y escuchamos que no piensan moverse, no pueden ser ambulantes ¿cierto?
O cuando crispan los nervios y hacen apología del delito al reproducir,
reiterar y remarcar que se aplicará justicia por mano propia y cuando por fin un
hecho de esa naturaleza ocurre, todos se preguntan ¿y por qué será no?
Obviamente la multa sería menor si al testigo de un hecho de tránsito
fatal se le pide que le ponga nombre a una curva peligrosa con la esperanza que
diga “curva de la muerte”.
Al final, los expertos decidirán si una iniciativa de estas sería viable,
porque dicen que solo hay cambio cuando a uno le meten la mano al bolsillo, o
al estilo del alcalde, un poco más allá, pese a que éste nos está debiendo quichicientas
“bache-multas”.