La Luna llena de hoy será grande y luminosa, casi tanto como cuando nació el dueño del Miss Universo, recién electo presidente de EEUU, hace 70 años. O sea que es todo un fenómeno (el astronómico) y se debe a la inusual cercanía de nuestro satélite que coincide con la fase lunar. La próxima “súper Luna” ocurrirá el 25 de noviembre de 2034, cuando Donald Trump ya sea un recuerdo lejano y probablemente aquí todavía se esté discutiendo sobre otra reelección.
Sin embargo, volviendo
a lo de esta noche, es mejor no ilusionarse porque por ahí llueve o se nubla, ni
perder la telenovela, o arriesgarse a ser víctima de un asalto por estar con la
boca abierta mirando el cielo. Lo de ver lunas en directo está pasado de moda. Si
acaso alguien sale, seguro lo hará para verla en su pantalla, como cuando van a
los conciertos.
De todos
modos, no se deje convencer si le dicen que el fenómeno ocurre por algo, o que es
una señal, ni para bien ni para mal. Si escasea el agua, si los vientos soplan
más fuerte, si nos vapulean en las eliminatorias, o los encapuchados quieran
desfilar para celebrar, no es culpa de la luna.
En
ocasiones como esta, también es más fácil sugestionarse con las imágenes que
pueden aparecer en la superficie lunar amplificada, pero no se crea lo que ve,
haga como en los noticieros. Las caras, las siluetas fantasmagóricas, incluso
si ocasionalmente saludan desde un micro cerrado, están al alcance de la vista,
sobre todo en la tele. Fb