lunes, 19 de septiembre de 2016

Ropita prestada





Resulta que las apariencias no solo engañan, sino también ensucian. El clamoroso pedido de la presentadora de televisión Analía Roca Serrano, apoyado por sus colegas en redes sociales, desnuda otra realidad en estos tiempos de desnudos.
Lamenta la carismática conductora que conseguir auspicio en tiendas de ropa y calzados es cada vez más difícil porque otros presentadores devuelven las prendas sucias o en malas condiciones porque hasta salen a bolichear con lo ajeno.
La pobreza no es pecado ni tampoco pedir prestado. El asunto es la poca vergüenza de unos y la mucha que sienten los que pagan por los pecadores.
La crisis está pegando duro, aunque decir eso sea incómodo en septiembre, pero afecta igual a publicistas famosos, al punto de que se han quedado sin ideas y por lo muy visto también sin ropita para sus modelos y las pobres tienen que salir así nomás y exponerse a resfríos y malos ojos.
Tan duro, que hasta el embajador en Brasil que fue llamado en un momento de alharaca antidiplomática, ha tenido que volver sobre sus pasos porque la dependencia del gigante comprador de gas es mayor que la apariencia. Tampoco es por nada que algunos libreros en la Feria del Libro de La Paz hayan tenido que instalarse con mejor suerte en la calle, en un intento desesperado de vender donde la gente está acostumbrada a comprar.  ¡Qué lindo que Santa Cruz tenga una feria donde todo es bello!, no importa si después puede que haya que devolverlo.
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