lunes, 16 de enero de 2017

Ventanillas





Hay ventanillas de todo tipo y vienen a ser como el corolario, la ansiada meta, de una fila iniciada cada vez más temprano, donde hay por lo menos dos posibilidades: que lo traten a uno con las patas, que es lo corriente, o que lo atiendan bien y, excepcionalmente, de modo memorable, como un caso reciente divulgado en redes sociales que vale la pena destacar.
¿Dónde están los que no conocen el tren?, dijo el boletero con acento grave dirigiéndose a unos niños y luego embarcó personalmente a una familia feliz de cumplir el sueño a sus pequeños en un viaje de apenas cuatro, pero muy significativas leguas.
Por ser tan excepcional, no sólo el trato, sino también el reconocimiento de los beneficiarios directos, se hizo un seguimiento y se descubrió que el funcionario de la Ferroviaria Oriental Juan Carlos Zeballos hace un tiempo ya  había atendido un parto a bordo del tren en el tramo entre Aguas Calientes y Roboré.
¡Cuánto cambiaría la convivencia con unos cuantos como don Juan Carlos atendiendo las ventanillas en Migración en el aeropuerto o en las de inscripciones en la universidad pública o en los centros de salud!
Nadie dice que es fácil tratar con infinidad de personas, pero si los trenes y ahora los monorrieles se van a volver a poner de moda, con gestos amables en las ventanillas de las entidades públicas y también algunas privadas, es un buen inicio, porque las filas y los problemas muy pronto no se van a acabar.
FB