Como aquellos iluminados que los días miércoles
publican en redes sociales “estamos a mitad de semana” y los insufribles llaman
“ombligo de la semana”, sorprendiendo a todos con esa valiosa información,
resulta que en diez días se va el año.
Por nada. No es necesario agradecer el
recordatorio para la cuenta regresiva porque otra cuenta, la bancaria, ya se lo
ha debido anunciar, aunque igual tendrá que contestar el teléfono y tragará una
grabación del banco para recordarle que debe gastar hasta lo que no tiene a
cambio de puntos para unos productos que podría comprar muchísimo más baratos
de contrabando, que es lo que está de moda.
Casi tan de moda como ponerse polleras sobre
pantalones y tratar de ver qué otra monería se puede hacer, como liberar
tortugas, o lo que sea, para no tener que mirar el desierto donde se supone que
había un lago, pero ¿quién quiere ver eso o sus flamencos muertos si a corta
distancia se puede apreciar la exhibición de los regalos presidenciales? Si Orinoca
le queda lejos y todavía no sabe qué hacer, o ya fue extorsionado por gendarmes
o policías de los planes navideños y se quedó sin efectivo, podría distraerse
haciendo el conteo de rigor escuchando los éxitos musicales del Piqui-Piqui, el
Tiqui-Tiqui o el Taca-Taca, que es lo que probablemente bailaban en la oficina
de la incomprendida jueza de Punata, empeñada en mostrar que la justicia no
tiene por qué ser tan seria y mucho menos a fin de año.Fb