Considerando, considerando, que el Carnaval se está aproximando y solo de eso se está hablando. Que en La Paz prohibiciones nuevas están maquinando, y aquí para trascender las autoridades transitorias podrían imitar, como eso de que vestido de mujer un hombre no puede estar, porque a las damas estaría ridiculizando.
Porque lo prohibido es invitación abierta, como
cuando de la noche a la mañana han aparecido banderas, verde claro y verde
oscuro, en los postes y en las puertas, y nadie sabe cómo, si esos viejos ya ni
se paran seguro.
Que los azules no se quedan atrás, y a Reymi
hasta en la sopa quieren poner, y su brillante cabeza aparece tardía, como es
de suponer, entre otras apuestas del MAS a la Alcaldía.
Que a los políticos se les da duro en las
carnestolendas, porque el año redondo carnavalean, repartiendo suculentas prebendas,
mientras a gusto al pueblo melean.
O que alce la mano cualquiera, para decir lo
contrario, si acostumbrados están, a levantarla por lo que sea.
Como a uno, que se le ocurrió postularse al
Comité, y se olvidó de lo más importante: tener a los encapuchados por delante.
Y de mascaritas hablando, de esas que casi ya no hay, ¿no será que las están
exportando?
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