lunes, 20 de octubre de 2014

Papichulo y otras novedades

Ni en la peor borrachera, dijo el parroquiano, iba a imaginar que papichulo sería una palabra reconocida por los académicos de la lengua española, incluida a fuerza de uso entre los americanismos de la edición 23 .ª del diccionario de la RAE. Para que la norma sea pareja, deberían incluir mamichula, y así nadie se queja. De manera que en la siguiente edición, aproximadamente en 13 años, también se podrían encontrar expresiones como ‘los chores’ y ‘juerte la calor’, que están entre las más usadas en los últimos días calurosos.


Es que los académicos no pueden ir contracorriente. Así optaron por aceptar el amigovio para representar aquello que se complicó en redes sociales al referirse a relaciones amistosas muy cercanas, íntimas en el sentido amplio, pero que no se asumen como un noviazgo formal.

Junto con papichulo, que define a un hombre que por su atractivo físico es objeto de deseo, y amigovio, otras novedades son guardavidas, mejor que el antiquísimo salvavidas, pero, quién lo diría, recién aparece bíper, el aparatito que se dejó de usar hace más de veinte años (yo lo usaba en EL DEBER).


Sin embargo, lo que no usaré, por mucho que esté en el nuevo diccionario, es birra en vez de cerveza, y botellón seguirá siendo el conocido músico y animador y no “la reunión de jóvenes que se divierte (con alcohol) al aire libre” y al tristemente célebre boliche lo llamaré como siempre porque el estar en el diccionario no le cambia la categoría ¿O sí?