miércoles, 26 de noviembre de 2008

Un piñazo al vuelo y ahora viene lo peor

Vaya. Cruzó la vagoneta que tiene el cartel 2ºanillo en el techo y cerró el paso a un auto. Bajó, encaró al conductor del auto bloqueado y ...¡zape! el piñazo. Justo cuando yo pasaba por allí. Me detuve porque a esa hora, con el calor, había algo interesante que ver (...) Y nada. El golpeado, chitón. El chofer del trufi volvió a su asiento y siguió su ruta. Se detuvo unas dos veces para dejar y recoger pasajeros. Todo por nada. Y ahora me entero que ya le han puesto precio a su cuero. Los tiempos han cambiado. El hombre a hombre ya no existe más. Los sicarios tienen, por lo visto, bastante pega, que pega.