Carteles por aquí y carteles por allá. La confusión animó el tradicional espectáculo pre-navideño de los levantamanos que esta vez se las levantaron entre sí supuestamente por un cartel y ya no por mirar una pelea de la UFC en plena sesión congresal.
Hay carteles que no se pueden ignorar, como el que saluda cariñosamente a
los hijitos de papá frente a una universidad y los que se ignoran
olímpicamente, como esos de “no estacionar” frente a los garajes, quizá porque muy
pocos cumplen la amenaza de pinchar llantas, o porque otros vivos se
adelantaron y ocuparon el resto de los espacios prohibidos en la calzada y a
veces hasta en la acera.
También existe el cartel de la re-re-re postulación, que todavía no
tiene documental y hay otra confusión por la cartelera de los problemas
domésticos, como qué hacer con el fondo municipal para la promoción turística y
cultural, generalmente pensada sin pena y ahora con doña Gloria, que dicho sea
de paso debe estar muy enojada porque primero le dan y después le quitan la
plata para los concursos de belleza que tanto cartel le dan a Santa Cruz, y
todo por otro cartel, el de los cibernautas indignados, que día a día se hace
más respetable.
De
los carteles con mala ortografía y de los que dominan poblaciones fronterizas
siempre habrá tiempo de hablar, de modo que por lo menos en esta época hay que
hacer esfuerzos para que predomine la paz y no se confundan los carteles ni los
abrazos con puñetes.Fb