viernes, 27 de febrero de 2009

Don Antonio


Hace un año nos golpeó brutalmente la noticia. Don Antonio Miranda Solís, el periodista por antonomasia, dejaba este mundo. Hubiésemos querido celebrar este 2009 su cumpleaños número 73, pero ya ven, estamos recordando el aniversario de su muerte.


Mucho se ha dicho de este maestro, pero es mucho más lo que se tendría que decir como una señal de gratitud. Sus familiares estarán rezando por su alma, retrocediendo en el tiempo para recordarlo. Sus colegas y amigos, los que tuvimos el privilegio de que él generosamente nos llame así, también sumaremos plegarias y le rendiremos el homenaje que tanto le incomodaba en su sencillez y en su grandeza.


Vamos a permitirnos la licencia porque consideramos necesario que las nuevas generaciones de periodistas reconozcan la labor de quienes supieron marcar un rumbo y dejaron pruebas tangibles e intangibles de compromiso, de pasión por el oficio, de ética. Y también para que los mayores recuerden tales principios.


Como periodista, honesto, comprometido, acucioso, correcto en el uso del idioma, responsable y perseverante. Implacable contra lo torcido. Excelente docente universitario. Brillante dirigente sindical. Incondicional y leal. Como flamante abogado, una promesa. Como persona, un humano en el más amplio sentido de la palabra.


Una trayectoria intachable. Un referente obligado en la historia de nuestro periodismo, Un chiquitano, de Santa Ana de Velasco, nacional y universal que dedicó su vida al servicio de la gente.


Parecerse a él, seguir su profunda huella, recordar sus palabras, deben sonar a estas horas como el mejor homenaje que se le puede hacer. Don Antonio supo, en vida, de reconocimientos internacionales que nunca lo marearon. Apreciaba la sencillez, la gratitud, el compañerismo, la solidaridad, la sinceridad, es decir, lo simple, lo que no se vende ni se compra.


Si alguna vez pedía algo era un café, un cigarro. Nada más. Si no era posible, ni modo. Igual. La charla, que se convertía en cátedra, el sabio consejo, la oportuna sugerencia, el chiste, la anécdota. Todo para guardar, nada para el descarte.


Son pocas líneas, simples y sinceras, que reiteran el agradecimiento al compañero y se solidarizan con quienes comparten el dolor por su alejamiento físico ocurrido el penúltimo día de febrero en el pasado año bisiesto. (OPS)

Dialoguen, pues


lunes, 16 de febrero de 2009

Una miniatura...grande

Encontré, casi de casualidad, esta obra que refleja con sus matices la obra de dos grandes amigos. La chispa salta. Y lejos.